En el mundo de la alimentación parece que las grasas son el enemigo, pero hoy os hacemos una revelación: hay grasas buenas y los AOVE SIQEV son una de ellas.
Cada vez somos más conscientes de lo que comemos y desde hace algunos años las palabras grasas saturadas, grasas animales e incluso grasas saludables están cada vez más presentes en nuestro vocabulario, y la cantidad y tipo de grasas que ingerimos es algo que cada vez nos preocupa más.
La controversia de las grasas
Todos sabemos que nuestro cuerpo necesita energía para moverse y ésta la obtenemos de los alimentos que comemos y los nutrientes que éstos tienen. Pues bien, las grasas son de los nutrientes que más energía nos aportan.
En realidad, nuestra dieta ha de ser variada y eso significa que las grasas también han de tener cabida en ella. Eso sí, ni hay que abusar ni son buenas de cualquier tipo.
AOVE SIQEV y otros tipos de grasas
Las grasas están compuestas por glicerol y tres ácidos grasos. Hay dos tipos de ácidos: los ácidos grasos saturados, como las de origen animal o lácteos (las grasas parcialmente hidrogenadas, provenientes de alimentos ultraprocesados, las dejamos directamente fuera de la ecuación) y los ácidos grasos insaturados (grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas) como las del aceite de oliva y el aceite de girasol.
Todas las grasas, incluidas las saturadas, nos proporcionan una forma concentrada de energía, ayudan a transportar las vitaminas liposolubles y protegen nuestros órganos. Sin embargo, como ya hemos comentado, abusar de las grasas saturadas no es sano, ya que produce aumento de peso y colesterol.
Los tipos de grasas en nuestra cocina
Fácilmente se nos vienen a la cabeza tres: mantequilla, aceite de girasol y aceite de oliva.
La mantequilla está hecha de grasa animal, con lo que es una grasa mayoritariamente saturada y ya sabemos qué no son las mejores grasas que podemos ingerir.
El aceite (ya sea de oliva o de girasol) que ha formado siempre parte de nuestra dieta, siendo la grasa que tradicionalmente hemos consumido en nuestra dieta mediterránea, es una grasa insaturada.
Sin embargo, mientras el AOVE esta mayoritariamente compuesto por ácidos grasos monoinsaturados (en especial el oleico), en el aceite de girasol abundan los poliinsaturados (principalmente linoleico). Esto tiene consecuencias cuando cocinamos con ellos: al calentar los aceites a altas temperaturas (y por tanto oxidar sus moléculas) se desencadenan compuestos tóxicos para las células. Pues bien, las grasas monoinsaturadas (las del AOVE) son más estables y se oxidan con mayor dificultad. Por tanto, cocinar con aceite de aceite de oliva se considera más saludable. Por otro lado, los polifenoles del aceite de oliva virgen ayudan a resistir la oxidación a medida que se calientan, además de proteger frente a enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Pero de entre todos los aceites de oliva, sin duda el más beneficioso es aquel que en su producción ha respetado los procesos mecánicos, extrayendo el zumo de la aceituna de forma natural (sin riesgo de perder estos antioxidantes), es decir, el aceite de oliva Virgen Extra con garantía de sello SIQEV.
Por todo ello, el AOVE SIQEV es la mejor opción como grasa alimentaria principal.
Fuente:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0214916818300834?via%3Dihub
Referencia: Pérez-Jiménez, F., Pascual, V., Meco, J., Pérez Martínez, P., Delgado Lista, J., Domenech, M., Estruch, R., León-Acuña, A., López-Miranda, J., Sánchez-Ramos, A., Soler i Ferrer, C., Soler-Rivas, C., Solá Alberich, R., Valdivielso, P. and Ros, E., 2018. Clínica e Investigación en Arteriosclerosis, 30(6), pp.280-310.