La historia del aceite de oliva es la historia del Mar Mediterráneo. A lo largo de milenios todo tipo de civilizaciones lo han apreciado como el tesoro que es. Desde usos culinarios a medicinales, pasando por rituales, se le ha dado a esta maravilla polivalente que es el aceite de oliva. Si todas las civilizaciones del Mediterráneo lo han utilizado igualmente ha sido usado en todas las épocas que ha vivido el Mare Nostrum de los romanos. Hoy nos queremos centrar en su origen y sobre todo en su primera época de principal desarrollo: la Antigüedad Clásica.
La historia del aceite de oliva: la Antigüedad Clásica
A todos nos ha pasado alguna vez, si pensamos en Grecia o Roma automáticamente nos vienen a la mente imágenes como las coronas de olivo que se les regalaban a los atletas olímpicos. Y es que el aceite de oliva y su expansión por el Mediterráneo están íntimamente ligados a la colonización griega y romana de las costas de este mar. Pero su origen es anterior, se cree que su producción comenzó hacia el 3.000 o 4.000 a.C., nada menos que hace 5.000 años. El lugar donde comenzó la producción de esta joya gastronómica no se puede determinar, pero se cree que es en algún lugar del Levante Mediterráneo.
Ya civilizaciones como Egipto lo utilizaron, teniendo para ellos un importante lugar en el culto.
Pero sin duda es con Grecia y Roma cuando llega su gran momento. Con estas civilizaciones el cultivo del olivo se extiende a prácticamente todo el Mediterráneo. Un ejemplo paradigmático de ello es la península ibérica.
El olivo había llegado hasta el extremo occidental de Europa gracias a los fenicios. Pero no es hasta el establecimiento de colonias griegas en las costas mediterráneas de la península que empieza el verdadero desarrollo del cultivo. Y es que para los griegos más allá de su valor ritual, por supuesto tenía un gran valor culinario.
Si con Grecia ya había sufrido un periodo de gran esplendor el olivo, Roma le dio el impulso definitivo. Los Romanos hicieron que el comercio del aceite se convirtiera en uno de los motores de la economía del Mediterráneo. Y su importancia es tal que en Roma hay una colina artificial hecha con los restos de 53 millones de ánforas que contenían aceite. Como curiosidad final: el 80% de estas ánforas procedían de Hispania, más concretamente de la Bética.
Como podéis ver hay cosas que no cambian y es que el cultivo del olivo está fuertemente arraigado en nuestra historia.