Retomamos hoy la historia del AOVE y viajamos por el tiempo ahora hasta el Renacimiento. A un mundo lleno de exploración, navegación y nuevos descubrimientos. Descubrimientos de nuevos continentes que expandieron las fronteras de lo conocido por el ser humano. A un nuevo mundo donde los galeones surcaban los mares y se estableció una conexión directa entre América y Europa. Si, en cierta forma, la Edad Media fue un período de estancamiento en ciertas áreas geográficas para el olivo el Renacimiento supone un momento de expansión para nuestro oro líquido. Especialmente en las Américas adónde fue llevado por los marinos españoles.
El aceite de oliva en el Renacimiento y el Nuevo Mundo
Como era de suponer con la llegada de los europeos al Nuevo Mundo llegaron una cantidad ingente de plantas y animales que eran inexistentes allí. De la misma forma que en Europa nos beneficiamos de decenas de nuevos productos desconocidos hasta el momento.
Uno de estos árboles fue el olivo y eso supuso, por supuesto, la introducción del aceite de oliva en las tradiciones culinarias de las diferentes regiones que conformaban las posesiones españolas en América.
Se cree que las primeras plantaciones se llevaron a cabo en el Virreinato de Nueva España, lo que hoy en día es el actual México, sur de los Estados Unidos y diferentes países de Centroamérica.
Ya en 1520 existen registros de la Casa de la Contratación de Sevilla donde se confirma el envío de ejemplares de olivos desde los pueblos cercanos a Sevilla, en concreto desde el Aljarafe, a Cuba y la Española. Sin embargo, estos primeros intentos de cultivo resultaron infructuosos debido a que el clima caribeño no es el más adecuado para el olivo.
No hay que olvidar tampoco la importancia de las Misiones franciscanas en California que, a partir del siglo XVIII, hizo que esta zona comenzara a ser productora de aceitunas y AOVE.
Una situación que se da hasta el día de hoy y que hace a esta zona una de las regiones productoras de aceitunas en el mundo aunque con unos porcentajes muy pequeños en el total global.